La iniciativa, nacida en el corazón del Valle del Elqui corresponde a la gestión privada de James Krator, escritor y estudioso de las ciencias exobiológicas, hombre vinculado por años al arte y la cultura, radicado en dicha localidad desde hace un año, donde había abierto una Galería de Arte Decorativo.
De acuerdo a lo manifestado por el autor y gestor de la obra, "esta iniciativa responde a varios propósitos, entre el que destaca un tributo a los primeros pobladores del Valle de Elqui y donde Paihuano fue un importante asentamiento de esta etnia diaguita que nos dejó como legado un arte que no tiene parangón entre las culturas prehispánicas, ya sea por su perfección simétrica y por sus sorprendentes concepciones cosmogónicas, que sin duda, hay que redescubrir".
De acuerdo a lo manifestado por el autor y gestor de la obra, "esta iniciativa responde a varios propósitos, entre el que destaca un tributo a los primeros pobladores del Valle de Elqui y donde Paihuano fue un importante asentamiento de esta etnia diaguita que nos dejó como legado un arte que no tiene parangón entre las culturas prehispánicas, ya sea por su perfección simétrica y por sus sorprendentes concepciones cosmogónicas, que sin duda, hay que redescubrir".
La Plaza de Paihuano agarró cara indígena, pinturas de varios dibujos diaguitas, que sorprenden a los visitantes tanto como la madre natura y los animales del Valle del Elqui.